Hay una página web que no deja de causarme estupor. Tradición Digital. Ya hemos comentado en más de una ocasión sus artículos. En una ocasión salieron en defensa de una red de neonazis con delitos de sangre. Siempre están alabando el 18 de julio. Son homófobos, llaman a los homosexuales aberrosexuales. Defienden al sacrílego mons Lefebvre, fundador de la secta integrista Fraternidad de San Pio X, (creada en la localidad suiza de Friburgo en 1971). La última noticia que me ha causado escalofríos es una que hablaba del consumo de coca-cola. Con el título de Consumo excesivo de Coca-Cola provoca arritmia y desmayo. El artículo nos prevenía del consumo excesivo de la bebida "imperialista" yanqui:
Ingerir grandes cantidades de Coca-Cola u otras gaseosas puede causar desmayos y latidos irregulares del corazón (arritmia), sostienen los investigadores.
La especial atención sobre las consecuencias del consumo de Coca-Cola se produjo durante la reunión de la Asociación Europea del Ritmo del Corazón, que tuvo lugar en Atenas, Grecia. Los cardiólogos de todo el mundo intercambiaron sus experiencias acerca de patologías y casos extraños relacionados con la popular bebida, uno de los cuales ocurrió en Mónaco, donde una mujer de 31 años de edad fue hospitalizada después de un desmayo y problemas agudos con el corazón.
Un análisis de sangre mostró que la paciente tenía niveles extremadamente bajos de potasio, mientras que una prueba de la actividad eléctrica de su corazón reveló que tenía una enfermedad llamada síndrome de QT largo, que puede provocar latidos cardíacos irregulares, cuentan los investigadores Naima Zarqane y Nadir Saoudi del Centro Hospitalario Princesa Gracia de Mónaco.
La mujer dijo que ninguno de sus familiares padecía de problemas con el corazón, mientras que ella no tenía malos hábitos, salvo beber dos litros de Coca-Cola al día desde la edad de 15 años. Después de abstenerse de las bebidas gaseosas por sólo una semana, los niveles de potasio y la actividad eléctrica del corazón volvieron a la normalidad.
Al analizar su caso, Zarqane y Saoudi explican que el consumo abusivo de Coca-Cola resulta en el exceso de agua en los intestinos, lo que a su vez conduce a la diarrea y la pérdida de potasio. Las altas cantidades de cafeína también pueden aumentar la producción de orina y disminuir la reabsorción de potasio, que juega un papel clave en ayudar a coordinar el latido del corazón.
¿Pero específicamente qué contiene la Coca-Cola que la hace tan dañina para la salud? La mayor culpa la tiene el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), que dificulta la absorción de agua en el sistema digestivo. Además, otras investigaciones dicen que el JMAF perjudica el hígado y provoca picos de glucosa en la sangre, de manera más significativa que el azúcar habitual.
Minuto a minuto: ¿Cómo afecta la Coca-Cola a nuestro organismo?
Para ver cómo afectan los ingredientes de la Coca-Cola al organismo humano, es mejor examinar las reacciones químicas dentro del nuestro cuerpo minuto a minuto.
Después de beber una lata de Coca-Cola, usted no vomita inmediatamente, ya que el ácido fosfórico suprime el efecto del azúcar. Sin embargo, a los 10 minutos 10 cucharaditas de azúcar ‘golpearán’ el cuerpo (de acuerdo con las recomendaciones de los nutricionistas, la cantidad de azúcar no debe superar el 10-15% de la cantidad total de hidratos de carbono recibidos por día).
A los 20 minutos, el alto nivel de azúcar en la sangre provocará un significativo salto del nivel de insulina. El hígado convierte el exceso de azúcar en grasa.
A los 40 minutos, la cafeína se absorbe completamente. Las pupilas se extienden. La presión arterial aumenta, el hígado convierte las reservas de glucógeno en azúcar y lo traslada de manera abrupta a la sangre. El páncreas produce una nueva porción de la insulina en un intento de utilizar la glucosa. La hipoglucemia provoca mareos y la sensación de hambre. Los receptores de adenosina se bloquean, impidiendo la somnolencia.
A l os 45 minutos, el organismo aumenta la producción de la hormona dopamina, que estimula el centro de placer del cerebro. La heroína tiene el mismo efecto.
A los 60 minutos de haber bebido la lata de Coca-Cola, el ácido fosfórico ata el calcio, magnesio y zinc en los intestinos, acelerando el metabolismo. Todo esto, combinado con grandes dosis de azúcar, aumentará el proceso de “lavado” de calcio a través de la orina. La cafeína muestra sus propiedades diuréticas. Sin embargo, la orina trae consigo calcio, magnesio, zinc, sodio, electrolitos y agua. Empieza el síndrome de abstinencia o “mono”, usted se convierte en irritable o apático. Toda el agua de la Coca-Cola abandona el cuerpo, incapaz de aportar el más mínimo beneficio.
Leyendo este artículo hasta el lector más atrevido podría cogerle un miedo atroz a la Coca-Cola y abandonar su uso por los siglos de los siglos. Que no cunda el pánico. El consumo de cualquier bebida azucarada, efectivamente, puede ser dañino para la salud. El exceso de azúcar puede causar sobrepeso y este puede inducir a la diabetes. El secreto está en la moderación. Lo mismo pasa con el vino o el whisky, su consumo excesivo puede acarrear una cirrosis hepática y/o convertirle en un drogadicto de por vida. Por eso el secreto está en la moderación. El artículo antes leído omite una circunstancia de vital importancia. La mujer de 31 años de edad que fue hospitalizada después de un desmayo y con problemas agudos con el corazón en un hospital de Mónaco había cambiado el consumo de agua por los refrescos de cola. Desde los 15 años, la mujer sólo bebía refrescos de cola. Había eliminado el agua de su dieta y, cada vez que tenía sed, consumía la bebida carbonatada. Esta omisión no es baladí. Una vez más tenemos que recurrir a la prensa seria para deshacer los entuertos y las leyendas urbanas que los panfletistas propalan a los cuatro vientos. En El Mundo encontré un artículo serio y riguroso que debió inspirar al panfletista que creó el artículo publicado en Tradición Digital:
Cuando la comida altera el corazón
Además de las últimas novedades en fármacos y terapias, en el Congreso de la Sociedad Europea para el Estudio del Ritmo Cardíaco, que se ha celebrado recientemente en Atenas, también se han presentado casos diagnósticos curiosos, experiencias que no recogen los manuales de medicina.
Dos de ellas tienen que ver con la comida y subrayan hasta qué punto es importante para los profesionales sanitarios "tener en cuenta todos los detalles, incluida la dieta, cuando vean a un paciente con una arritmia inexplicable", tal y como ha remarcado Andreas Goette, responsable del programa científico de la reunión.
Firmada por Naima Zarqane y Nadir Saoudi, del Hospital Princesa Gracia de Mónaco, la primera de estas presentaciones relata el caso de una mujer de 31 años que llegó al centro sanitario después de sufrir un síncope.
Tras una primera evaluación, los médicos descartaron problemas digestivos, metabólicos o cualquier alteración de tipo hormonal. Incluso preguntaron por una posible historia familiar de muerte súbita, que también desestimaron. No dejaban de darle vueltas al asunto cuando llegaron los resultados de una completa batería de análisis y mostraron que sus niveles de potasio eran significativamente bajos. Un electrocardiograma posterior también puso de manifiesto que existían problemas con el ritmo de su corazón.
Indagando sobre las causas que podían estar detrás del problema, Zarqane y Saoudi descubrieron, sorprendidos que, desde los 15 años, la mujer sólo bebía refrescos de cola. Había eliminado el agua de su dieta y, cada vez que tenía sed, consumía la bebida carbonatada.
Según explicaron en el Congreso de Cardiología, en cuanto explicaron a la joven los riesgos de su práctica, el problema cesó. De hecho, sus niveles de potasio pasaron a ser normales en el plazo de una semana y el electrocardiograma mostró un funcionamiento normal del corazón en la revisión a la que se sometió un mes después de la primera hospitalización.
Un repaso a la literatura médica puso a Zarqane y Saoudi tras la pista de otros seis casos similares en los que un consumo excesivo de refrescos de cola había provocado arritmias e incluso una muerte relacionada con una fibrilación ventricular.
Aunque no han podido determinar los mecanismos que explican esta relación, sugieren que, entre otros factores, como la alta concentración de azúcares, la cafeína en altas dosis podría haber interferido con los niveles de potasio y, consecuentemente, esto habría tenido un efecto en el ritmo cardiaco.
José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, reconoce que en los últimos años se han notificado casos aislados similares al que relatan Zarqane y Saoudi, aunque subraya que para sacar conclusiones científicas al respecto serían necesarios estudios prospectivos serios a largo plazo.
"Un caso no hace casuística", remarca. Y añade: "Como todo en la vida, los excesos en este sentido tampoco son buenos. Pero tomar cantidades de cafeína con moderación no comporta ningún riesgo".
Según han adelantado, los cardiólogos del Hospital de Mónaco están diseñando un estudio en el que intentarán averiguar si existen diferencias apreciables entre los niveles de potasio en sangre que presentan las personas que consumen grandes cantidades de refrescos de cola y quienes no toman este tipo de bebidas.
Un veneno en la miel
El otro caso llamativo fue presentado por Ugur Turk, del Hospital Central de Izmir (Turquía), que atendió a un padre y a un hijo que llegaron a Urgencias con mareos y náuseas. Un electrocardiograma mostró que su corazón tampoco estaba funcionando bien.
Al repasar sus rutinas de los últimos días, Turk reparó en que en ambos habían desayunado miel durante la semana y, tras preguntar por el origen del producto, cayó en que podía estar ante dos casos de un curioso envenenamiento.
En la zona del Mar Negro, abunda un tipo de plantas -un subgénero de angiospermas denominado 'Rhododendron ponticum'- cuyo néctar posee una toxina capaz de producir bradicardias e hipotensión, entre otros problemas, si llega al organismo.
La miel que producen las abejas de la zona puede llegar a ser, por tanto, tóxica y su consumo provoca síntomas que van desde los mareos y la debilidad a los síncopes y taquicardias. No hay antídoto, pero puede tratarse fácilmente, siempre que se tenga en cuenta su existencia, ha señalado Turk.
"La diseminación de miel por todo el mundo hace que cualquier profesional deba estar alerta de este tipo de envenenamiento" si llega a su consulta un paciente con problemas cardíacos de origen inexplicable, ha señalado Turk.Y es que las medias verdades pueden ser más dañinas que las mentiras. De lo que no hay ninguna duda es de lo dañino del tabaco. Yo gracias a ZP he podido dejar de tragar humo. Cuando entró la dura ley anti-tabaco que nos dejaba libre de humos tóxicos y nicotínicos los bares y discotecas, aproveché para dejar de fumar. Yo trabajo en un garito y me pegaba casi ocho horas envuelto en la atmósfera viciada que creaban los cientos de cigarrillos de los clientes. Un servidor solo fumaba los fines de semana en el trabajo, en el hogar no fumaba. Por eso decidí que era mejor aprovechar la ley Anti-tabaco para emprender la siempre difícil tarea de abandonar la nicotina. Sino me tenía que tragar el humo ajeno, porque iba a ser tan gilipollas en auto-intoxicarme voluntariamente. Hace dos años y medio que he dejado de fumar. He cambiado el vicio del tabaco por el vicio de la lectura. Con lo que me ahorro del tabaco saco para mis libros de la guerra (in) civil. Eso sí, confieso que de vez en cuando cae alguna Coca-Cola que otra.