Este invierno pasado sacaban de un edificio público, de la cripta del Monumento a los Caídos de Pamplona, los restos de dos ex generales golpistas, Mola y Sanjurjo. La familia de Mola en un decisión dignísima, optó por no oponerse a que su ascendiente fuese exhumado en el panteón familiar. La familia del otro ex general golpista, José Sanjurjo, puso el grito en el cielo y anunció medidas judiciales.
Los restos de los exmilitares golpistas eran retirados de su "descanso" privilegiado. Se cumplía así con la Ley 52/2007. sin embargo un juez rechazó la suspensión cautelar de la exhumación de los restos de Sanjurjo solicitada por la familia
Hoy sabemos que el Ejército español, ese mismo Ejército que muchos presuponen democrático, ha vuelto rendirle honores al ex general dos veces golpista (en el 32 y en el 36) José Sanjurjo. Los medios nos informaban de que el doble golpista y doblemente traidor de Sanjurjo era enterrado en riguroso secreto:
El Ministerio de Defensa ha enterrado al general golpista José Sanjurjo en Melilla, con honores y en secreto. Los restos del militar fueron trasladados a la ciudad africana para su inhumación el pasado 23 de marzo en el Panteón de los Héroes de Regulares del cementerio melillense, según confirma a eldiario.es el Ejército de Tierra. eldiario.esAl acto de inhumación asistió el presidente y senador por Melilla, Juan José Imbroda y el Comandante General de Melilla, Fernando Gutiérrez. Juan José Imbroda ha declarado que “Algunos quieren ganar la guerra ahora y volver al 17 de julio de 1936”. Una frase que repite la ultraderecha lobotomizada. El político popular no iba a ser menos. Ni guerras ni zarandajas, esa excusa barata y poco inteligente tan solo cuela entre los majaderos que no respetan los derechos humanos.
Sanjurjo dio un golpe de Estado en 1932, como militar que era debió de ser fusilado y la izquierda lo indultó. Azaña notó en su diario de 25 de agosto de 1932: “Procuremos no incurrir en un yerro análogo. Se ha de acabar con la historia de los levantamientos y con los fusilamientos, haciendo ver que esas acciones no producen ni gloria. Más ejemplar escarmiento es Sanjurjo fracasado, vivo en presidio, que Sanjurjo glorificado, muerto”.
La pena de muerte le fue conmutada por cadena perpetua y el Gobierno derechista de Alejandro Lerroux, en abril de 1934 lo amnistió. Una vez fuera del el penal cántabro de El Dueso, decidió abandonar España y cobijarse en la dictadura portuguesa de Salazar. Donde pudo seguir complotando contra la II República.
El exgeneral delincuente y reincidente, que salvó el pellejo gracias a la magnanimidad de la izquierda, moría sin pena ni gloria al estrellarse la avioneta que pretendía trasladarle a España para hacerse cargo del golpe de Estado fascista. El fascista José Antonio Ansaldo, era el piloto de la avioneta que se estrellaba el 20 de julio de 1936 en el hipódromo portugués de La Marinha, cerca de Cascaes, junto a Sanjurjo. El aviador fascista salvaba la vida.
El Ejército ha justificado los honores al ex general dos veces golpista que "atendiendo a que fue Comandante General de Melilla, estuvo al mando de fuerzas de Regulares y estaba en posesión de dos cruces Laureadas de San Fernando (1914 y 1926), se autorizó que el entierro se celebrase en el cementerio municipal de Melilla, en el panteón de Regulares número 2, que se sigue utilizando para la inhumación de los fallecidos de Regulares que lo requieran".
Es inaudito e indigno que toda esta camada de militares sigan en posesión de medallas militares. Lo mismo que le están retirando los honores a Franco : medallas, hijo predilecto, etc, etc, a estos golpistas responsables de la Guerra Civil, también tendrían que recibir el mismo trato. Nada de honores para quienes los perdieron por traidores.
Según El Plural: "El PSOE tomará cartas en el asunto del entierro secreto del golpista Sanjurjo.
Los socialistas de Melilla presentarán varias preguntas parlamentarias para descubrir quién costeó el entierro y qué altos cargos lo celebraron". Se me ocurre que el PSOE hace muchos años, con el felipismo, pudo haber resuelto muchos de estos problemas, no lo hicieron, de aquellos barros estos lodos, y de ahí que el Ejército no tuviese ningún rubor en dar cobijo a José Sanjurjo. ¡UNA VERGÚENZA!