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Por increíble que pueda parecer me han bloqueado en un Grupo del Facebook, Historia Contemporánea, por dejar un comentario que no ha sido del agrado de un administrador/censor que ha convertido dicho grupo en su coto privado de caza ideológica. Lo que no me gusta lo borro porque soy muy guapo y me lo merezco. ¡Menudo fascidemócrata está hecho este menda!
Ricardo Robledo se había quejado de que le habían censurado un post en el Grupo Historia Contemporánea. Un señor llamado Gaizca Fernández Soldevilla -uno de los administradores del grupo- asaltó de improviso en la discusión y dijo que en ese grupo no se censura (mentira cochina, se censura y de lo lindo), y que tuvieran cuidado con los calumniadores, hater, troles y no sé cuantas estupideces más. Como no me gustaron las falaces afirmaciones del sr. Gaizca Fernández Soldevilla, decidí salir en defensa de mi amigo Ricardo Robledo Hernández, y comuniqué, con todo el respeto posible, que era cierto que se censuraba en ese grupo -yo fui testigo- y que Ricardo Robledo no era ningún troll ni nada por el estilo, sino todo lo contrario, un reputado académico que su inmenso currículum lo avala más que de sobra.
A los cinco minutos de dejar mi comentario, intenté entrar de nuevo en el Grupo Historia Contemporánea y me resultó imposible: ¡me habían bloqueado! Con mi perfil habitual era imposible ni siquiera encontrar el Grupo. Así que usé un perfil que tengo en desuso y he podido hallar la prueba irrefutable de lo que estoy hablando.
Como el censor/administrador además de totalitario es gilipuertas, me había baneado/bloqueado del Grupo, pero sin eliminar el comentario. Gracias a su estupidez por no borrar el comentario o pensar que se eliminaría automáticamente, puedo dejar constancia de el totalitarismo de algunos tipos que van de demócratas y de defensores de no sé que, y que a la mínima oportunidad la libertad de expresión se la pasan por el Arco del Triunfo.
En fin, sabemos quien es ese mamarracho censor, lo han calado más pronto que se coge a un cojo. Nada, que le disfrute su manía censora. En tiempos de Franco hubiera sido el tipo más feliz del mundo.