Se ha hecho justicia con los cabecillas -escribían en el Hoy fascista del 1936- "¡Españoles de Badajoz! ¡Españoles todos!, hoy se ha cumplido ejemplar sentencia". La ejemplar sentencia no era otra cosa que un vil y espantoso asesinato. El 20 de agosto de 1936 caían ante un pelotón de fusilamiento, en lo que hoy es la Avda. de Villanueva, Sinforiano Madroñero -alcalde- y Nicolás de Pablos -diputado-. Las balas fascistas acababan con la vida de dos representantes de un Gobierno legal y democrático.

Badajoz no se destacó precisamente por el alto número de asesinatos de la profilaxis revolucionaria -11 asesinatos en un mes-, hay localidades extremeñas que superaron con creces la cifra de la capital pacense. Pese a esta peculiaridad, una vez vencida la heroica resistencia anti-fascista y dominada la capital pacense, la venganza fue brutal. Partidas de falangistas se adentraban en tierras portuguesas en busca de huidos. Quisieron raptar al Gobernador Civil, Manuel Granados, pero la ayuda de un doctor -se encontraba atendido en un centro de salud- fue determinante para que no fuese devuelto al matadero. Nicolas de Pablos y Sinforiano Madroñero Madroñero, corrieron distinta suerte. Fueron devueltos por la policía política portuguesa y el día 20 abandonaron este mar de lágrimas de la peor forma posible. No era determinante que en una plaza el número de óbitos hubiera sido relativamente bajo -una sola vida ya es un coste muy alto- o quizás inexistente. Lo verdaderamente determinante era la afiliación política y/o la significación. Ser rojo era delito -tuvieras las manos manchadas de sangre o no-. Para los salvapatrias del 18 de julio cualquiera que no fuese de derechas era rojo, ¡hasta los liberales!, por esto, la mejor forma de no acabar en un pelotón de fusilamiento, era abandonar urgentemente la ciudad asediada antes que esta cayera en manos del enemigo. La mayoría de los heroicos defensores de la ciudad amurallada resistieron el embiste de moros y legionarios -la vanguardia del obsoleto ejército español-, otros no aguantaron y a una hora prudencial abandonaron la ciudad asediada. ¿Héroes? ¿Cobardes?, cómo muy bien dijo en su día Francisco Espinosa, es muy humano sentir aprecio por tu vida, también es muy humano olvidarte del riesgo personal en bien de la comunidad. ¿Usted donde se encuentra? en el primer o en el segundo grupo. Un servidor les puede asegurar que se encuentra entre los que la heroicidad no es la principal seña de identidad. ¿Acaso somos unos monstruos? ¿Merecemos un tiro en la nuca? No, Tampoco lo merecieron ni Nicolás de Pablos ni Sinforiano Madroñero.

Hay un personaje que si mereció morir delante de un pelotón de fusilamiento a pesar de encontrarse entre los del grupo de los que sienten poco aprecio por su vida, o como diría un patriota: "los héroes de guerra". Gómez Cantos en su condición de militar arriesgó su vida para vencer al "bolchevismo", sin embargo, lo podemos catalogar como un vulgar asesino. En su crónica negra varios son los episodios que podríamos destacar. Hoy tan solo mencionaremos uno, uno que merece la pena que resaltemos por su vileza extrema.

Gómez Cantos fue un fullero y un timador toda su vida. Esta circunstancia le hacía contraer deudas allá por donde pasaba. Mientras estuvo destinado en Marbella contrajo deudas de alquiler sobre la vivienda donde residía. La dueña, María Machuca Ortiz, como era de esperar, denunció al guardia civil tramposo. María Machuca ganó el pleito: las consecuencias de esa victoria judicial fueron funestas. Después de la rebelión, comenzada el 17 de julio, Gómez Cantos regresó a Marbella, detuvo a María Machuca que estaba embaraza y la fusiló junto a su marido en presencia de sus cuatro hijos detrás de las tapias de su casa. García Atadell podría haber hecho muy buenas migas con este guardia civil.

Gomez Cantos fue recompensado: ascendió en el escalafón militar, incluso fue nombrado Delegado de Orden. Lo condecoraron, fue nombrado hijo predilecto de Villanueva de la Serena. Reconocimiento para unos y muerte para otros.

Puede parecer mentira, pero todavía hay energúmenos, patriotas de tres al cuarto, fascistillas de medio pelo que mancillan el honor de los que se mantuvieron leales al Gobierno de la República. Nicolas de Pablos y Sinforiano Madroñero antaño asesinados por el fascismo, hogaño vilipendiados por el neofranquismo. Ni en su tumba los dejan descansar en Paz.

Por todo esto nos congratulamos de una buena nueva aparecida en el Hoy:

Villanueva retirará la Medalla de Oro al "militar golpista" Manuel Gómez Cantos

Se trata de una petición de Armhex y el Ayuntamiento se ha comprometido a aprobarla

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Armhex) ha pedido que el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena retire la Medalla de Oro de la ciudad al "militar golpista"Manuel Gómez Cantos.

De esta forma, la asociación solicita que en aplicación del art. 15.1º de la Ley de Memoria Histórica se acuerde por el pleno de dicha corporación la revocación y retirada de esta mención honorífica a dicho militar "de infausto recuerdo y pasado criminal". Se trata de que se revoque el acuerdo que se adoptó en la sesión plenaria celebrada en ese ayuntamiento el día 3 de marzo de 1939 y en la que se concedió por "unanimidad" la Medalla de Oro de la ciudad de Villanueva de la Serena al capitán Manuel Gómez Cantos.

"Gómez Cantos, no puede ni debe compartir honores y distinciones con quienes en la historia, presente y futuro de Villanueva de la Serena se dediquen a honrar a esa ciudad", ha aseverado Armhex.

De esta manera, la asociación se ha indicado que espera que también sea apoyada, una vez sea llevada a pleno el acuerdo de retirada de tal mención honorífica, de "forma unánime" por todos los grupos políticos representados en la corporación municipal citada.

Por su parte, el alcalde villanovense asegura que "se ha comprometido" con esta asociación a agilizar búsqueda de las actas que corroboren tal concesión y ha asegurado que, cuando el Ayuntamiento consiga esta documentación, se procederá a aprobar la retirada de la medalla "de forma inmediata".

Miguel Ángel Gallardo ha explicado que este documento no ha aparecido en el Archivo Histórico Municipal aunque sí "parece que ha aparecido en un archivo de Madrid", por lo que "en quince días" llegará al consistorio villanovense.