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Channel: Badajoz y la Guerra (in) Civil
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Quitar nombres de calles que la dictadura franquista otorgó a sus héroes no es borrar la historia

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José María García de Tuñón Aza
José María García de Tuñón Aza, defensor acérrimo del fascismo español y colaborador del Catobeplás, la FNFF, el diario Ya etc, no soporta la LMH. Entre su bibliografía tenemos títulos como: José Antonio y la República (1996). José Antonio y Luys Santa Marina(1999). José Antonio ante la historia (2000). Apuntes para una historia de la Falange Asturiana (2001). El socialismo contra la ley (2002). José Antonio y sus circunstancias (2002). José Antonio y los poetas (2003)

A este señor le causa pavor que se puedan sacar los restos de José Antonio Primo de Rivera del engendro de Cuelgamuros: "La izquierda tampoco quiere desaprovechar la ocasión de citar a José Antonio Primo de Rivera y para ello dicen que lo cambien de lugar. No solamente no quedaron conformes con haberlo asesinado sino que quieren señalar ellos el sitio donde reposen los restos de este hombre que nada tuvo que ver con la Guerra Civil". Según historiadores, la Falange de José Antonio estaba envuelta en la trama golpista que nos llevó a la Guerra Civil, por lo tanto, esa "inocencia" que se le atribuye al líder fascista es un acto de falsificación histórica. Esto no sirve para justificar su muerte, pero no podemos olvidar las intenciones del fascista español.

Quitar los nombres que la dictadura franquista otorgó a los "héroes de la cruzada" no es borrar la historia. Es higienizar el espacio público que es de todos los españoles. ¿Acaso borraba la historia el caudillo/generalísimo cuando a la actual Gran Vía madrileña la renombraba con el nombre del fascista español por antonomasia. Cuando acabó la guerra, Franco a la actual Gran Vía la denominó  24 de abril Avenida de José Antonio. Siendo alcalde Tierno Galván la volvió a bautizar con el nombre que todos conocemos hoy. Muchos años se ha tardado en tener conciencia que las calles españolas no pueden ser un homenaje a la dictadura de Franco.

Un maraña de seudohistoriadores inundando la red con artículos que mienten más que Pinocho tratan por todos los medios de justificar la presencia de la nomenclatura fascista. José María García de Tuñón Aza nos quiere enredar diciendo que  "por culpa de la Ley Histórica, maquiavélico invento del falso Rodríguez Zapatero, el peor presidente de Gobierno que tuvo España a lo largo de toda su historia, se la han quitado a muchos que sí la merecían. En Oviedo, por ejemplo, llegaron a querer quitársela a Calvo Sotelo asesinado por la escolta de Indalecio Prieto". ¡Hay Zapatero! tú, que quisiste hacer una ley democrática para traer algo de justicia a las víctimas del franquismo y, de paso no molestar a tanto facha que braman como poseídos cada vez que oyen tu nombre, estás sufriendo un injusto ataque por esos patrioteros que usan la historia como ariete.

El sr. De Tuñón Aza como buen manipulador, escribe para una prole que la verdad les importa un pepino, miente, miente como todos los que son como él.

Una comisión de expertos nombrado en la legislatura de Zapatero, dictaminó que sí, que era aconsejable sacar los huesos de Franco del engendro de Cuelgamuros, pero que los restos de José Antonio no era necesario sacarlos de allí. Esto, el sr. De Tuñón Aza se lo calla, se lo calla como un "chucho". Tampoco informa correctamente sobre el intento de cambiar de nombre a la calle de Calvo Sotelo en Oviedo. Cuando se puso en marcha la LMH. en Oviedo como en tantos otros sitios se nombró una Comisión de la Memoria Histórica para investigar las calles que debían perder su nombre franquista. La comisión decidió que "dos de los nombres de calles con los que en los últimos tiempos más ríos de tinta se han vertido. Tras una votación mayoritaria pero no unánime, la comisión considera que la plaza de la Gesta y la calle de Calvo Sotelo, ambas ubicadas en la parte alta de la ciudad en las inmediaciones de la entrada de la carretera de Mieres en dirección a la calle Uría, deben mantener la denominación que se les dio después de la guerra civil". Cuando se informa al menos hay que hacerlo honradamente.

En mi humilde opinión con ley o sin ley de la memoria histórica, un gobierno democrático tiene toda la legitimidad de cambiar los nombres de las calles que un gobierno totalitario cambió a su antojo, llámese la calle Calvo Sotelo, Gil Robles o Pepito el de los Palotes. Y algunos se preguntaran: ¿y los nombres de calles como Largo Caballero? Pues muy sencillo, esos nombres fueron otorgados por gobiernos elegidos democráticamente; ahí estriba la diferencia que no es moco de pavo. 

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