Estamos viendo actos violentos tras la sentencia del TS. contra los líderes de la independencia del país catalán. Un grupo de violentos están quemando contenedores y produciendo altercados varios. Pero no se preocupen, no hemos llegado al grado de Venezuela o al de los chalecos amarillos en París. Aunque mucho me temo que estos políticos españolistas nos llevarán a un recrudecimiento de la tensión política en Cataluña. De momento, el "rojazo" de Pedro Sánchez aboga por el cumplimiento íntegro de las condenas de los presos políticos, tal vez no sepa, aunque ya se lo ha recordado Pablo Iglesias, que el Gobierno de Aznar ya indultó a dos criminales y terroristas del PSOE como lo fueron Vera y Barrionuevo:
La manifestaciones tras la sentencia, han sido primordialmente pacíficas, exceptuando en las que los grupos "antifa" (antifascistas) las han reventado quemando contenedores y provocando daños en el mobiliario urbano. Hemos visto como a una señora afiliada al partido fascista, Vox, ha sido vapuleada y la han tirado al suelo tras provocar a los manifestantes no solo con la bandera española, sino con su actitud desafiante. No vamos a decir que nadie se merezca la violencia física por muy fascista, o no, que se pueda ser:
Toda la prensa de los borregos tacha la agresión de la militante del partido fascista como "brutal". Las tornas se cambian cuando los gorilas a sueldo del Régimen son los que emplean esa brutalidad incluso peor a la que utilizó el independentista que abatió a la mujer de la "banderita" roja y amarilla (ver vídeo):
Es asqueroso, pero nada nuevo, ni mucho menos extraño. Se trata del monopolio de la violencia por parte del Estado: luego nos indignamos cuando apalean a un policía.