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Channel: Badajoz y la Guerra (in) Civil
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UNA MENTIRA REPETIDA MIL VECES, SE MANTIENE ¿MIL AÑOS?

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Algo así debieron pensar los propagandistas al servicio de los que se rebelaron contra la legalidad republicana,  cuando en plena guerra civil se dedicaron  a distorsionar la historia,  dicho sea de la manera más benévola,  acomodándola a sus intereses  Lógicamente, los mitos de la guerra y otros nuevos que fueron surgiendo en plena dictadura, se mantuvieron con fuerza durante todos esos años ,  y lo que es peor, aún hoy no son pocos los que se empeñan en defender esta particular visión de los hechos que tan espléndidamente resiste el paso del tiempo.

El listado de estos mitos es bien amplio ” El crimen de Calvo Sotelo fue  una conspiración ideada por el gobierno  republicano”. Se sublevaron para salvar la república, que nadaba en  las aguas de la  ilegalidad”. ” Lo tuvieron que hacer para impedir que España cayese en las garras de Stalin” .” Los izquierdistas ya preparaban una insurrección perfectamente organizada y ellos tuvieron que adelantarse a ésta”. “ La guerra civil comenzó en 1934 “.  “Franco le paró los pies a Hitler en Hendaya , y en ningún momento quiso involucrar a España en la II Guerra Mundial. Es más, fue él solito el que impidió que tal hecho ocurriera” …..


También dijeron, en una primera versión de los hechos, que Guernica había sido incendiada por el propio ejército vasco.  Hubo que esperar hasta los últimos años de la dictadura para que reconocieran que la destrucción de Guernica fue realizada por las tropas que apoyaban a Franco. En este caso, la aviación alemana  y la  italiana.

Después me ocuparé del asunto de la matanza de Badajoz.

No entra entre  los objetivos de esta   entrada, desmontar estos mitos, cosa que por otra parte ya se ha intentado en este mismo blog. Yo mismo, ideé una sección, VAMOS A CONTAR MENTIRAS,  donde con mayor o menor acierto abordé  estos  u otros temas similares  , al igual que lo ha hecho y sigue haciéndolo nuestro amigo Juan Antonio. Y por supuesto, investigadores e historiadores muy cualificados, como Southworth , Francisco Espinosa o Paul Preston,  entre otros, que se han encargado de desmontar  algunas de estas patrañas del franquismo.

Lo más significativo,  lo que más llama la atención, es la perdurabilidad y la influencia que aún tienen  en distintos sectores de la sociedad española. Por poner un ejemplo, son muchos los que insisten en recalcarnos que el franquismo supuso una etapa de prosperidad económica para España, resaltándolo como uno de los principales logros que caben atribuirle a Franco. Obviamente, no parecen caer en la cuenta, de que,  aún cuando, en  los últimos años del franquismo, desde principio de los sesenta, más o menos , se vivieron años de cierta prosperidad, estos fueron  precedidos de casi  un largo y penoso  cuarto de siglo, donde, las carencias y la terrible hambruna, devastaron a una parte importante de la población. Es decir, la época de Franco  , representa,  apenas unos quince años de  bienestar debido a la mejora de la economía y casi veinticinco de, desabastecimientos, cartillas de racionamiento, estraperlo y estrecheces, en una primera y larguísima  fase, que dieron paso a una cierta mejoría de la situación en los años que conectaron con los de la prosperidad.  Es decir, en resumen, casi veinticinco años pésimos de penuria económica y quince de prosperidad.

Además, en el juicio de la historia no tiene salvación posible un personaje como Francisco Franco, que a pesar de sus contados aciertos,  tuvo las manos manchadas de sangre. No podemos olvidar que este siniestro personaje fue el responsable máximo de que miles de españoles  pagaran con la muerte, el exilio, la cárcel, la incautación de sus bienes, etc… por  el  hecho de tener una ideología diferente a la de ellos. A veces, ni eso, bastaba una falsa denuncia para que la víctima sufriera las consecuencias. El caso es que muchos ciudadanos emiten un juicio favorable sobre el dictador, de defensa, diría yo,  al transmitirnos la percepción que tienen de la guerra “  En  la guerra , se cometieron muchas barbaridades en ambos bandos”, “Fueron iguales los unos que los otros”.   Creo, que aún cuando la primera frase me resulta una obviedad , no deja de parecerme que en general , estas afirmaciones tratan de igualar a los unos y los otros en su conducta en la guerra civil, a pesar de que sabemos que existen diferencias importantes, tanto cualitativa como cuantitativamente.

No vamos a adentrarnos en analizar esas diferencias fundamentales que existen, otros ya lo han hecho magistralmente.  Del mismo modo, necesito expresar nuevamente, ya lo he hecho muchas veces,  que la misma condena y repulsa  me merecen los crímenes de un bando como los del otro  Sólo voy a aportar un dato fundamental, sin que por ello dejemos a un lado la brutal represión habida durante la guerra. Me refiero a que el  franquismo siguió matando ferozmente hasta muchos años después de concluido el conflicto. Habrá quien piense, y de hecho los oímos con cierta frecuencia, que de haber ganado la guerra los republicanos,  estos habrían hecho exactamente lo mismo. Pero la realidad es que no podemos juzgar hechos no ocurridos. Entraríamos en el terreno de la especulación o  en él famoso, qué hubiera pasado sí….. Tenemos que hablar, por tanto, de lo que sí ocurrió.
No en vano , un defensor de la figura de Franco, como es el historiador Ricardo de la Cierva, vino a decir hace ya muchos años, algo así como que, el gran error de Franco fue continuar la represión después de terminada la guerra.

 El caso es que es muy difícil luchar contra determinadas ideas que la propaganda franquista logró instalar en el imaginario colectivo durante cuarenta años.

El hecho de que en nuestros días, no sean pocos los que al referirse a los que dieron el Golpe de Estado, los sigan llamando nacionales, y a los republicanos, marxistas o rojos, demuestran hasta qué punto caló hondo la propaganda.

En medio de todo esto, el hecho de que los propagandistas  del régimen utilizasen el famoso eslogan, 25 años de paz, para conmemorar en 1964 el final de la guerra,  sólo puede producirnos  indignación, por ser suaves,  cuando sabemos perfectamente que en abril de 1939 no llegó la paz, sino la victoria , la cual  trajo consigo la  continuación de  una perversa política de aniquilación del enemigo  iniciada en  los primeros compases de la guerra.

Y qué decir de los mal llamados revisionistas, yo me atrevería más bien a llamarlos “reduccionistas” o “negacionistas” , según los casos. Un dato. Si hace más de cincuenta años,  el biógrafo de Yagüe, Juan José Calleja,  en pleno auge franquista, se atrevió a ofrecer el  dato de los mil hombres que murieron en la batalla de Badajoz, algunos en la actualidad, reducen considerablemente la estimación de muertos hasta la mitad o incluso una cuarta parte de la cifra mencionada,, pero con una particularidad, que estos últimos defienden estas estimaciones   sumando los muertos en la batalla y los que fueron asesinados durante el tiempo que Yagüe estuvo en la ciudad. ¿Cómo es posible que más de cincuenta años después , haya quien haga estas estimaciones, si sólo en lo que fue la sangrienta batalla, los cronistas que cubrieron la noticia contaron que fueron algunos centenares los muertos que se produjeron?


Por cierto, tal vez nunca sepamos qué proporción de los que murieron combatiendo no fueron en realidad , las primeras víctimas de la represión en Badajoz. Es más que probable que nunca se sepa, cuántos de ellos fueron ejecutados al entregar sus armas. Por tanto, resulta más que complejo saber con cierta aproximación cuántos murieron como consecuencia de la represión. A esto hay que añadir la dificultad que supone el hecho de que no se hayan encontrado documentos que nos puedan aclarar el asunto.

Como vemos, los efectos demoledores de la propaganda aún se hacen notar y mucho.  Estas cosas se las  han tomado siempre muy en serio. Aunque suene algo exagerado, yo al menos no dudo de la autenticidad  de lo que viene a continuación.  Se cuenta que el servicio de propaganda de Franco, decidió crear en los años sesenta una sección específica para contrarrestar los demoledores trabajos del excelente investigador norteamericano,  Herber R. Soutworth, que por entonces ya empezaba  a desmontar con enorme eficacia, uno por uno,  determinados mitos que tanto beneficiaron al sátrapa y a su régimen. Por algo lo harían.


Antonio Alfonso Hernández, 20 de septiembre de 2015



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