Existe en Ávila un bar de exaltación franquista. Este negocio en una democracia medio normal, y que ya hubiese acabado con los demonios del pasado, estaría condenado a desaparecer. Primero por la falta de clientes y segundo porque la ley no permitiría tamaña ofensa a la democracia, y sobre todo, a las víctimas del franquismo.
Parece que dicha tasca goza de buena salud: aquí tienen al dueño fotografiándose con conocidos falangistas; el calvo no tengo ni pajolera idea de quien es, el de la derecha es Manuel Andrino Lobo, condenado por el asalto de Blanquerna y que según cuentan en La Razón, está acusado de abusar de una activista de Femen. Como digo, a esta tasca de barrio no le faltan clientes (y dicen que en Andalucía no hay 400.000 fascistas. Pocos me parecen), sino todo lo contrario, recibe visitas de"ilustres" personajes. Si no me creen lo que digo; vean, vean este vídeo. Tiene premio al final:
¡Qué!, ¿cómo se les ha quedado el cuerpo? Después dicen que la izquierda habla mal de España. Y al sujeto este el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte le ha concedido la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. Arte no le falta -eso no se puede dudar-, pero en vez de "bellas", lo que tiene son malas artes.
España será muy bonita pero tanto "graciosete" haciendo impunemente apología del franquismo convierte a este país en una verdadera mierda maloliente. ¿Y vosotros que vais de demócratas os enfadais porque un humorista finja limpiarse los mocos con la bandera de España? Poco hizo Dani Mateo (más bien los guionistas) con esa birria de bandera.