Según leemos en la prensa de hoy: "La Audiencia Nacional ha condenado a penas de hasta dos años de cárcel a los cuatro acusados de agredir con tres "tartazos" a la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, cuando presidía en 2011 la reunión del pleno de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos en Toulouse". público.es
Sí creíamos poco en la justicia, con esta sentencia la poca credibilidad de la que "gozaba" (sí eso puede ser un gozo) se ha diluido como el azúcar en el agua.
Hace unos cuantos de años al presidente francés, Nicolás Satkozy, recibió un tartazo. La broma se saldó con 800 € de multa. El famoso magnate Bill Gates también fue bañado en delicioso merengue. La afrenta se saldó con una multa de 40 céntimos de dolar.
Aquí en la España de la peineta y de la mantilla, la cosa es distinta. Dos años de cárcel por un tartazo a una política. Sí, a una política. Creemos que la condena es totalmente desmesurada. Es normal que este tipo de faltas deban recibir algún tipo de castigo, pero dos años de cárcel es salirse del tiesto.
También querer multar los escraches con hasta 600.000 € --60.000.000 de pesetas--, es un verdadero despropósito. Años llevan sufriendo los famosos los escraches de las paparazzi en busca de la fotografía del millón, y como hay libertad de expresión, pues las pantojas o los famosillos de turno deben soportar una nube de fotógrafos las 24 horas del día. Con los políticos hemos topado.